La Biblia nos anima a examinar nuestras almas para ver si estamos en la fe. Al igual que un árbol, se nos habla sobre las diversas frutas que debemos buscar en nuestros «árboles del alma». El pasaje que describe estos frutos se encuentra en Gálatas 5.
Puntos clave:
- Debemos cultivar frutos del Espíritu.
- Debemos aprender a identificar los frutos del Espíritu.
- Debemos vivir por el Espíritu.
Guia de la lección– El fruto del Espíritu
Habla de frutas ¿Cuáles son sus favoritos y cuáles no? Mire fotos de frutas y los diferentes lugares donde crecen. Algunas tienen hoyos y otros están cubiertas con muchas semillas diminutas. Algunas son grandes y otras son pequeñas. Existe un amplio espectro de colores y sabores.
Coloque una colección de frutas sobre la mesa. Debe incluir frutas conocidas y populares en su familia, pero también algunas que sean diferentes y que su hijo nunca haya comido. Examine el exterior de las frutas y hable sobre las diferencias. Pídale al niño que elija una característica y clasifique las frutas en montones, usando esa característica. Por ejemplo, si el niño elige la piel, debe clasificar la fruta en montones de pieles finas (manzanas, cerezas y duraznos) versus pieles gruesas (sandía, plátano y piña). Corta las frutas y mira el interior. Clasifica la fruta de nuevo. Hoyos versus sin hoyos, etcétera. Además, proporcione una fruta conocida que esté mala. Hable acerca de cómo puede darse cuenta de que está mala por fuera y por dentro. Discuta por qué está mala ¿Fueron gusanos, podredumbre o un hematoma?
Así como podemos identificar las frutas que comemos; podemos aprender a identificar el fruto espiritual en nuestra vida. Lea los versículos 22 y 23 de Gálatas 5. Si es posible, memorícelos juntos. Incluso puede configurarlos con una melodía simple y cantarlos o crear gestos de pantomima para ayudar a solidificarlos en la mente de su hijo. Por ejemplo, crea un corazón con tus manos (amor), luego haga tonterías mientras sonríe (alegría), pulgar hacia arriba (bondad), toca tu muñeca donde estaría un reloj (paciencia), y así sucesivamente.
Coloque un trozo de cinta o cuerda sobre la mesa para crear dos lados. Entregue al niño una pila de tarjetas, imágenes o dibujos de varias situaciones (un niño golpeando a alguien, alguien gritando, un niño compartiendo, etcétera.) Explique que cada una de las imágenes representa una fruta en la vida de una persona. Nuestras acciones son nuestro fruto. Pídale al niño que coloque la imagen en el lado de la fruta buena o mala. También puede pedirles que identifiquen qué fruta buena se muestra en cada imagen.
Hable sobre las formas en que cultivamos buenos frutos en nuestras vidas. Una forma importante es pedirle a Dios que nos ayude a producir buenos frutos. Hable sobre las formas en que los agricultores se aseguran de que sus cultivos crezcan fuertes, como eliminar las malezas o vigilar las plagas. Explique que debemos cuidar nuestras almas, así como un agricultor se preocupa por sus cultivos.
Juegos y actividades
Prepara una ensalada de frutas
Esta es una actividad de preparación de alimentos. Para los ingredientes, use nueve frutas diferentes para representar el Fruto del Espíritu, es decir:
Amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio.
La idea es que un fruto represente cada fruto del Espíritu. (Manzanas, naranjas, peras, plátanos, kiwis, etc.) Practique contar hasta nueve con su hijo.
Clasificación de frutas
Esta actividad es perfecta para que los niños pequeños aprendan sobre el Fruto del Espíritu y ejerciten sus habilidades motoras finas, y la coordinación visual al mismo tiempo.
Podemos hacer esta actividad usando 6 (o más) pares de frutas
Por ejemplo:
1 manzana buena, 1 manzana no tan buena (que no esté fresca)
1 pera, 1 pera no tan buena
y así…
Use frutas reales o de plástico (puede usar un poco de pintura negra para las frutas malas)
Recolecta semillas de frutas
Deje que su hijo mire una selección de frutas y hable sobre cómo crecen.
Abra con cuidado una fruta y retire las semillas.
Examinar:
Qué fruta tiene más semillas.
Qué fruta tiene las semillas más grandes. Pruebe algunas matemáticas simples y actividades de conteo usando las semillas.
Actividad de música y movimiento
Esta es una actividad de música y movimiento. Aquí exploramos y pretendemos ser árboles que dan el fruto del Espíritu.
- Para realizar esta actividad, primero finge ser semillas, acurrúcate lo más pequeño posible en el suelo.
- Lentamente, el calor del sol, al igual que el calor del amor de Dios, brilla sobre nosotros. Crezca lentamente y haga como si estuviera cultivando plantas (todos pueden sentarse o arrodillarse y fingir que han crecido un poco).
- A continuación, la gracia de Dios nos derrama como la lluvia que cae sobre nosotros. Finge crecer y ponerte de pie.
- Finalmente, estire los brazos como las ramas del árbol.
Balancee los brazos como ramas simulando haber cultivado frutas también (pregunte a los niños qué frutas cultivaron, algunos pueden haber cultivado plátanos, uvas, etc.). Piense también en el Fruto del Espíritu; Amor, alegría, bondad, etc.
Repita como desee.
Hojas de trabajo
Dibujos para colorear – El fruto del Espíritu
Arte: El fruto del Espíritu en 3D
Qué necesitas:
- Página de plantilla,
- Lápices de colores,
- Tijeras,
- Perforadora,
- Pasadores de chaveta.
Qué necesitas:
- Colorea la página de la plantilla o imprímela en papel de color.
- Corta tiras y haz agujeros en ambos extremos.
- Fíjelo junto con un pasador. Coloque las hojas en la parte superior. Ábrala para darle forma a la fruta.
El fruto del Espíritu. Gálatas 5: 22-23.